Orlando Florida – Estados Unidos

El viaje a Orlando en Agosto de 2016 representó un hito significativo en nuestra vida, una oportunidad largamente soñada de vivenciar la magia que solo los parques de Disney pueden ofrecer. Desde el momento en que decidimos visitar estos emblemáticos destinos, una mezcla de emoción y nostalgia comenzó a gestarse en nuestro interior.

La idea de pisar la misma tierra que había albergado nuestros sueños de infancia era simplemente innegable. Disney y Universal se convirtieron en la promesa de días llenos de aventuras y momentos inolvidables.

Al llegar al aeropuerto de Orlando, una oleada de emociones nos invadió. El viaje iba más allá de ser simplemente un escapismo; se trataba de unirnos la misma mágica experiencia. Anticipábamos la emoción de conocer a Mickey, explorar los mundos de Harry Potter, y disfrutar de espectáculos grandiosos que en nuestra infancia solo habíamos podido observar a través de la pantalla de televisión.

Aeropuerto Internacional Orlando

Este viaje prometía ser mucho más que una simple visita; era la encarnación de un sueño que finalmente se materializaba.

La llegada al Disney All-Star Music Resort fue el inicio de una experiencia inolvidable que nos llenó de una emoción difícil de describir. Como queríamos vivir en serio la magia de los dibujos animados, decidimos alojar en un hotel de la cadena Disney, el Disney All-Star Music Resort. En esos años aún la cadena Hotelera ofrecía los servicios de traslado de aeropuerto al hotel que estaban incluidos dentro del paquete (hoy no, una pena).

Hotel Disney All-Star Music

Entonces llegamos al aeropuerto de Orlando, pasamos Policía Internacional y comenzamos a caminar hacia el lugar donde salían los buses, y cuando llegamos a la estación se nos cayeron un poco las lágrimas, porque – nuevamente- nunca en la vida habíamos pensado llegar allá.

Estación de buses en Aeropuerto Internacional Orlando

(Nota: el servicio Magical Express ya no está disponible desde el 01 de enero 2022, otra pena)

Mientras nos acercábamos al Resort en Orlando, la anticipación crecía con cada kilómetro recorrido. El entorno, cargado de elementos visuales que recordaban a nuestros años de infancia, hizo que el corazón se nos acelerara. A medida que bajamos del autobús y nos dirigimos hacia la entrada principal, sentimos que habíamos cruzado el umbral hacia un mundo donde los sueños se hacían realidad.

El proceso de check-in fue más que sencillo; el personal del hotel nos recibió con cálidos saludos y una atención excepcional. Mientras realizábamos el registro, tuvimos la oportunidad de disfrutar de la decoración alegre del lobby, con sus motivos musicales y coloridos que ambientaban el lugar. Nos dieron nuestras llaves mientras compartíamos sonrisas, sintiendo que la magia de Disney ya había comenzado.

Llegando a Hotel Disney All-Star Music

En esos momentos, nos hizo recordar todas las historias y emocionantes aventuras que habían formado parte de nuestra niñez. Sin lugar a dudas, el Disney All-Star Music Resort no solo cumplió con nuestras expectativas, sino que las superó, prometiendo días llenos de alegría y diversión.

Una vez dejado nuestras maletas en la habitación del hotel, tomamos un Taxi para ir de compras al Supermercado Walmart. Al cruzar las puertas, la inmensidad del lugar nos sobrecogió. Las filas largas de productos, los precios accesibles, y la diversidad de productos eran inusuales para nosotros y, al mismo tiempo, emocionantes.

Durante nuestra exploración, nos enfocamos en la compra de alimentos básicos y algunos souvenirs que queríamos llevar de vuelta a casa. Una de las anécdotas más memorables surgió cuando estabamos buscando los artículos más baratos, tanto en comida como en bebestible, eso para llevarlos a los parques y abaratar costos de alimentación ¡En ese entonces compramos un jamón que aún lo recordamos, ! un sabor no tan bueno! Pero muy barato.

Cuando volvimos a la habitación y lo probamos, Tamara no lo quiso comer más, en mi caso me lo tuve que comer con el correr de los días, lo había elegido yo así que me lo tuve que comer con ganas. Moraleja, no comprar siempre lo más barato, a no ser que vayan con el dinero justo y se deba ajustar los costos al alcance del bolsillo.

Sin embargo, nuestras compras en Walmart no estuvieron exenta de desafíos, ya finalizando nuestras compras, teníamos que devolvernos al hotel (no se nos ocurrió haber descargado Uber acá en Chile, tampoco habíamos contratado roaming ni chip internacional! éramos muy pollos! jiji). Entonces no teníamos idea como llamar un Taxi. Al final solucionamos el inconveniente hablando con una trabajadora de Walmart (con nuestras ingles limitado) quien nos ayudó a pedir un taxi para ir en dirección al hotel.

Al llegar a nuestro hotel por la noche de Orlando, una sensación de emoción y agotamiento nos invadió. Después de un largo viaje y un día lleno de actividades, ver el hotel iluminado resultó ser un espectáculo reconfortante. Las luces parpadeantes del establecimiento prometían una experiencia mágica, y pronto nos recordaron que estábamos a punto de entrar en un mundo de fantasía. Este ambiente nos llenó de anticipación, haciendo que el cansancio se desvaneciera por un momento.

Mientras nos acomodábamos en nuestra habitación, comenzamos a reflexionar sobre las expectativas que teníamos para el día siguiente en el Parque de atracciones “Magic Kingdom“. Sabíamos que entrar en el parque sería como cruzar umbrales hacia un lugar donde la diversión y la magia se entrelazaban. Las emocionantes atracciones, los desfiles deslumbrantes y los personajes icónicos que habíamos admirado por la televisión durante años se convertirían en una realidad palpable. Cada uno de nosotros compartió sus esperanzas: la promesa de un viaje inolvidable, la posibilidad de conocer a nuestros personajes favoritos y la emoción de disfrutar de los espectáculos nocturnos.

Con una mezcla de entusiasmo y nerviosismo, preparamos nuestras mochilas, asegurándonos de incluir todo lo necesario para el día. La planificación de cada detalle añadía una capa adicional de emoción a la experiencia. Aunque podíamos imaginar cómo sería, en realidad, no sabíamos lo que el parque nos tenía reservado. De esta manera, la noche se llenó de planes y sueños, precisos trazos de lo que ocurriría al día siguiente.

Mientras reflexionábamos sobre el día que estaba por venir, sabíamos que nuestra aventura en Orlando apenas comenzaba y que Magic Kingdom sería el epicentro de experiencias que recordaríamos para siempre.

Las esperanzas de un día mágico nos acompañaron hasta que finalmente nos dejamos llevar por el cansancio, cerrando los ojos con una sonrisa anticipada. Sin duda, la aventura en Magic Kingdom sería algo excepcional y prometía momentos que durarían toda la vida.

¡Nos vemos en nuestro 2° post!

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